La Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI) de Colombia y la Campaña para Detener los Árboles Transgénicos denunciaron que Brasil legalizó siete variedades de eucaliptos genéticamente modificados que podrían afectar sus biomas.

Cinco de los siete árboles transgénicos son resistentes al herbicida tóxico glifosato, con el que se fumigó en la Amazonía colombiana con impactos muy adversos para las comunidades indígenas.

La denuncia se efectuó durante el Foro de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas que culminó esta semana en la sede de las Naciones Unidas, en New York.

“Los árboles transgénicos amenazan la forma de vida, los conocimientos ancestrales y los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas” dijo Gustavo Ulcué Campo del pueblo Nasa y de la CNTI de Colombia.

Heather Lee, de la Campaña para Detener los Árboles Transgénicos y del Proyecto Ecológico de Justicia Global, manifestó que no se está respetando la moratoria de facto del Convenio sobre la Diversidad Biológica contra los árboles transgénicos.

Lee también advirtió que “la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático permite que los árboles transgénicos se utilicen para créditos de carbono y REDD+, una falsa solución al cambio climático”.

Casey Camp-Horinek, embajador para el Medio Ambiente de Ponca Nation, enfatizó que los árboles transgénicos deben detenerse de inmediato.


Casey Camp-Horinek, actriz de la serie Reservation Dogs dijo estar consternada por los árboles transgénicos.

Casey dijo: “Quién inventó la tontería y la fealdad de tomar la semilla de este pariente y alterarla en esos laboratorios? Duele cómo estos humanos están inventando estas falsas soluciones a lo que han creado – lo que ellos llaman cambio climático”.

La información difundida por NOTIMIA recuerda que los territorios de los pueblos indígenas albergan el 80 por ciento de la biodiversidad del mundo.

Los bosques de árboles transgénicos podrían tener impactos potencialmente irreversibles para los pueblos indígenas, los bosques y la biodiversidad.

Las plantaciones de monocultivos acarrean despojos masivos de tierras y expropiación de territorios, desplazamiento de comunidades y la violación a los derechos humanos.

También conllevan la contaminación y escasez de agua, mayor riesgo de incendios forestales y la destrucción de bosques primarios y nativos.

Francisco Calí Tzay, Relator Especial de las Naciones Unidas, recalcó la necesidad de proteger la Amazonia y el ambiente a través de la titulación y demarcación de los territorios indígenas y “no permitir que haya la creación de bosques transgénicos”.

Fuente Servindi.org

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