El informe sobre la calidad del aire de Ecologistas en Acción concluye que casi 33 millones de personas estuvieron expuestas en 2023 a unos niveles de contaminación que exceden los nuevos límites aprobados para 2030 por el Parlamento Europeo.

En el segundo año más cálido desde que se dispone de registros, se produjeron numerosos episodios de contaminación por partículas y por ozono, presentando las peores situaciones respectivamente Canarias y la Comunidad de Madrid.

Las principales áreas urbanas españolas incumplieron el nuevo límite legal anual del dióxido de nitrógeno, el contaminante más relacionado con el tráfico. Pero solo una veintena de ciudades han implantado las preceptivas zonas de bajas emisiones

    El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 785 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas las de los principales aeropuertos y puertos estatales. Presenta datos exhaustivos de la calidad del aire, desglosados por comunidades autónomas y por sustancias contaminantes.

    Entre sus principales conclusiones, destacan:

    • Durante 2023 la calidad del aire en España ha mejorado respecto a los años 2022 y anteriores a la pandemia, con una reducción significativa de los niveles de partículas en suspensión (PM10 y PM2.5), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico, en porcentajes que oscilan entre el 7 % y el 31 % respecto a los promedios del periodo 2012-2019.
    • El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los nuevos valores límite aprobados por el Parlamento Europeo el pasado 26 de abril, que deberán alcanzarse antes de 2030. De acuerdo a esos umbrales, el aire contaminado afectó en 2023 a dos terceras partes de la población española, lo que expresa la magnitud del reto a asumir por las administraciones en los próximos años para alinearse con la nueva legislación.
    • Considerando la normativa todavía vigente, la población que respiró aire contaminado por encima de los obsoletos límites legales actuales se redujo a 2,9 millones de personas, un 6 % de la población total, repartidas entre Canarias, la Comunidad de Madrid, el interior de Cataluña y Villanueva del Arzobispo (Jaén). Y la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación alcanzó 84.000 km2, una sexta parte del territorio.
    • Si se tienen en cuenta los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mucho más estrictos que los límites legales vigentes y nuevos, y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea, el aire contaminado afectó en 2023 a toda la población española y a 454.000 kilómetros cuadrados, el 90 % del territorio.
    • El año 2023 fue seco y el segundo más cálido en España desde al menos 1961. La estabilidad atmosférica activó los episodios de contaminación por partículas, en su mayor parte procedentes del norte de África. El alto calor estival contribuyó al aumento del ozono, en especial durante las olas de calor de julio y agosto. El cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire.
    • El factor esencial para explicar la caída de la contaminación atmosférica durante 2023 es la evolución de la actividad económica tras la pandemia de la COVID–19. El consumo de combustibles fósiles y electricidad se redujo el año pasado y las fuentes renovables cubrieron más de la mitad de la demanda eléctrica, limitando las emisiones de las centrales térmicas de gas, estando cerradas la mayoría de las de carbón, las más contaminantes.
    • La principal fuente de contaminación en las áreas urbanas, donde se concentra la mayor parte de la población, es el tráfico motorizado. En determinadas áreas fabriles y en el entorno de las grandes centrales termoeléctricas son estas fuentes industriales las que condicionan de manera decisiva la calidad del aire. El transporte aéreo y marítimo tiene gran repercusión en la calidad del aire del entorno de aeropuertos y puertos.
    • Las partículas (PM10 y PM2.5) y el dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire siguieron afectando a la práctica totalidad de la población española. Las partículas PM10 presentaron en Canarias la peor situación del Estado. Aunque por primera vez desde su entrada en vigor en 2010 Barcelona y Madrid cumplieron el obsoleto límite legal anual del NO2, las principales áreas urbanas españolas superaron el nuevo límite legal anual aprobado para 2030.
    • El ozono sigue siendo el contaminante que presenta una mayor extensión y afección a la población, y el más estrechamente ligado al cambio climático. Coincidiendo con las olas de calor de julio y agosto, en 2023 se produjeron 335 superaciones del umbral de información, concentradas en la Comunidad de Madrid, así como 15 superaciones del umbral de alerta en Puertollano y el puerto de Tarragona, la peor situación desde el año 2015.
    • Por primera vez en España desde la entrada en vigor en 2013 del objetivo legal del cancerígeno arsénico, éste se superó en 2023 en Huelva, con relación a las emisiones de una fundición de cobre. Y el año pasado se alcanzó el objetivo legal del cancerígeno benzo(α)pireno (BaP) en La Plana de Vic (Barcelona), aunque sin llegar a superarlo, con relación a las emisiones de la quema de biomasa en calefacciones domésticas.
    • La contaminación del aire debería abordarse como un problema sanitario de primer orden. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2021 fallecieron prematuramente hasta 21.000 personas en el Estado español por enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, 10.000 de ellas en episodios de alta contaminación, según el Instituto de Salud Carlos III. Los costes sanitarios y laborales derivados de la contaminación atmosférica representan según el Banco Mundial 50.000 millones de dólares al año, un 3.5 % del PIB español.
    • Ecologistas en Acción ha realizado entre 2020 y 2024 diversas campañas de medición en los accesos a algunos de los centros escolares con más tráfico motorizado de una veintena ciudades, con el resultado de que la población infantil está a menudo expuesta a niveles muy elevados de contaminación, por encima de los registrados en las estaciones oficiales de control de la calidad del aire en cada ciudad. Lo que además cuestiona su ubicación.
    • La información a la ciudadanía por las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema. El Eurobarómetro sobre la calidad del aire de abril de 2022 revela que el 61 % de los españoles se consideran mal o nada informados.
    • Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire son obligatorios según la legislación vigente, pero una decena de Comunidades Autónomas siguen incumpliendo su obligación de elaborarlos para rebajar el ozono en las zonas donde se exceden los objetivos legales. A instancias de Ecologistas en Acción, los tribunales de justicia han obligado a aprobarlos a los gobiernos de Castilla y León, Cataluña, Comunitat Valenciana y Navarra.
    • La única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público limpio. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésel, reducir el uso del avión, acelerar el área de control de las emisiones del transporte marítimo del Mar Mediterráneo, y una moratoria de las nuevas macrogranjas ganaderas.
    • Vencido hace año y medio el plazo para que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de bajas emisiones, para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, apenas una veintena han cumplido formalmente esta obligación legal, pese a los abundantes fondos públicos que están recibiendo para ello. Y tampoco se han dotado de protocolos de actuación frente a los episodios de mala calidad del aire.
    • La crisis de la COVID–19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria y los edificios son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos. La caída de la contaminación en 2023 no debe hacernos olvidar que estamos todavía lejos de una situación sanitariamente aceptable, con arreglo a las directrices de la OMS y también a los nuevos límites legales a alcanzar antes de 2030.

    La calidad del aire en el Estado español
    durante 2023

    Fuente Ecologistas en Acción

    Tendencias

    Diseña un sitio como este con WordPress.com
    Comenzar